Por fin, después de pasarse tres semanas en una cura de humildad en el hotel Bellvitge Park, esnifando cuatro o cinco veces al día, se ha convencido de que es mucho mejor regresar al hábito de la jalandria y abandonar aquel licencioso mundo.
Nos alegramos enormemente que regrese a la sociedad de los zampatortas abandonado el vicio de la nariz. Para celebrarlo, haciendo gala de nuestra buena educación le permitiremos que nos invite a una espléndida cuchipanda, en la confianza de que será antes de su ascenso a emérito, en cuyo estado su pecunio quedará sensible y lamentablemente mermado.
Nos alegramos enormemente que regrese a la sociedad de los zampatortas abandonado el vicio de la nariz. Para celebrarlo, haciendo gala de nuestra buena educación le permitiremos que nos invite a una espléndida cuchipanda, en la confianza de que será antes de su ascenso a emérito, en cuyo estado su pecunio quedará sensible y lamentablemente mermado.
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