LIGA DE CRUCEROS TORREDEMBARRA III

COMO NAVEGA EL ÑEQUE y como hemos disfrutado. Es la sensación que tengo desde que empezó la regata.
Se nota la preparación y el entrenamiento, que sumado a la experiencia que vamos adquiriendo regata a regata, nos hace, porque no decirlo, más competitivos.
Pero vamos por partes, la jornada empezó, con los últimos preparativos de las nuevas modificaciones ( hélice Gori, puño de amura de la mayor y calcetín del spi). Sin darnos cuenta se nos echo el tiempo encima, no hubo reunión de patrones, sencillamente unas instrucciones para un recorrido triangular.
La salida fue ajustadísima y en muy buena posición, con los del “Surfer” protestando (como siempre) a babor y el “Papaya” a estribor, fue entonces cuando nos dimos cuenta de las mejoras cualitativas del Ñeque y su tripulación, sacando metros a un rapidísimo Papaya que pronto lo dejaríamos a popa, y esto, gracias en gran medida a Jaume que hizo un trimado insuperable en toda la prueba, FELICIDADES JAUME. El paso de la primera baliza fue perfecta, pero en el izado del gennaker, no puedo decir lo mismo, “mea culpa” por no comprobar si estaba enrollada. El calcetín se quedo enganchado en la mitad y no pudimos desplegarla, esto hizo que Mosi, una vez mas, demostrase su valía y polivalencia, con un extenuante esfuerzo para intentar salvar la situación, arriamos el gennaker y de nuevo con la Génova, ya era tarde, nos habían superado cuatro embarcaciones, entre ellos el Papaya. Pero la confusión del momento nos ofreció una grata sorpresa, confundimos una boya de emisario, con una baliza de regata, la cual nos obligaba a trazar un rumbo con el viento de través que nos dio alas, y algo más, al virar la baliza ficticia, ceñimos hacia la línea de arribada parejos al Papaya en rumbos perpendiculares, cruzando su proa en una valiente y genial maniobra del “capi” en la mismísima llegada. Con una espontánea demostración de alegría, cruzamos nueve segundos antes que nuestros apreciados rivales.
En puerto la satisfacción se palpaba y las caras de alegría lo decían todo.
No puedo acabar este relato sin mencionar la gran ayuda y sabios consejos de Agustin, siempre dispuesto a todo.
Al final 7º puesto, no quiero imaginar, en que posición quedaríamos sin el problema con el gennaker. En la próxima a por el podium.