ÚLTIMA REGATA DE TORREDEMBARRA

Se acabó, descontentos por los incidentes de las últimas, pero satisfechos por la experiencia y el grado de coordinación que alcanzado. En las próximas se notará.

El día muy agradable quizás con poco viento, pero aun sí anduvimos bien por el "casi perfecto" trimado, que con viento escaso hay que apurar más.

Por supuesto, antes del inicio,la visita al Faro y el consiguente bocata. La "tripula" ya había dejado preparada toda la maniobra, descarga de peso "no certificado", asistencia a la reunión y a la boya de salida directamente para prepararla: fue regular.

Llegamos bastante bien hasta la de barlovento, pero nos encontramos delante con el catamarán parado junto a la boya intentando apartarse pero la tenía más enganchado que un ministro a la poltrona. Por barlovento se acercaba otro regatista, no con mucho dominio del reglamento, exultante porque nos daba alcance, sin tener en cuenta que estabamos a sotavento, dentro de boya y con el catamarán a tres largos. Para evitar la colisión nos obligó a abatir, intentando caer lo menos posible para salvar la boya y no colisionar con el catamarán. Por suerte, debido a los gritos de advertencia, que no improperios, orzó, aunque tarde porque nosotros tuvimos que hacer lo mismo para salvar la boya justo en el momento que el catamarán salía del atolladero. Perdimos arrancada pero conseguimos trasluchar aunque con la pérdida de unos minutos preciosos, obligando a la vez a un cuarto barco a realizar la misma maniobra: lo sentimos.

Ni que decir tiene que no hubo ninguna protesta por la actitud deportiva de todos los implicados.

Una vez salvada la primera, se infló el asimétrico y lució nuestro lucero, al tiempo que descansaba la génova, recogiéndose, como ya empieza a ser habitual, con una coordinación perfecta,e inmediatamente avanzamos al barco grande que se vio perjudicado por nosotros.

Lejos de molestarse tuvo la gentileza de piropear al Ñeque, con un gesto que expresaba lo bien que lucía. Siempre me quedo con las ganas de verlo desde fuera, aunque de no estar allí no habría contemplado la cara de satisfacción de los tres currantes.

Así hasta la segunda, nuestro velero andaba alegre. A mí me da la impresión que sonríe.

Una vez sorteada, trasluchamos el asimétrico sin ninguna dificultad y con total precisión, arrumbando hacia la siguiente con viento de popa que nos iba a obligar a atangonar, pero por suerte roló entrándonos por la aleta, que nos llevó a superar a nuestro viejo, no biológico, rival EL PERSEI, del que dicen las malas lenguas lleva una hélice eléctrica. Debió molestarle la pasada, pasada, que fue una pasada porque arrumbó hacia nosotros descaradamente y nos apartó antes de doblar para la última c eñida. A pesar de ello no nos superó y se hartó de contemplar nuestro trasero el resto de la lidia.

La barca del comité la pasamos en 5º lugar no sin antes realizar un corte por la proa al Persei y al siguiente, ambos amurados a estribor, con una limpieza absoluta.

Fue muy divertida y lacomida y sobremesa de la entrega de premios muy amena en compañía de la tripulación del ^Persei y un tal Ricardo, muy agradable, que desapareció después de una llamada telfónica, al que esperamos volver a ver, aunque no aporte grapa.

Por supuesto, como siempre, hablamos de la familia ausente.

Felicidades a todos. Salió perfecto y no se rompió nada.

¡A por la próxima!